EL DIARIO DE 

UN POLIT-ECO TURISTA

DESARROLLO SOSTENIBLE: 
UNA PRACTICA MILENARIA,

¿EN PELIGRO DE EXTINCION?

EXPERIENCIAS EN LA
INGENIERIA DE OBRAS PUBLICAS

Por

Kashyapa A. S. Yapa

(Ponencia para el V Congreso Nacional de Ciencias, Guayaquil, Ecuador, Oct. 1998) 


En las aplicaciones de ingeniería de obras públicas, sostenibilidad significa planificar una obra, para que pueda convivir con la naturaleza, tenga rendimientos a largo plazo y traiga beneficios compatibles con las necesidades de los usuarios. Su diseño debe priorizar el uso de los recursos y la tecnología localmente disponibles, a la vez encargando a los mismos usuarios su operación y el mantenimiento. En el mundo prehispánico, muchas de las obras públicas seguían estas características, casi al pie de la letra. Actualmente, en cambio, la impulsiva y desordenada carrera para modernizar, ha dado como resultado obras con diseños europeos copiados, sin considerar los recursos locales, ni las posibilidades de su mantenimiento. Se puede apreciar, con la variedad de ejemplos que cita este trabajo, que la sostenibilidad de las obras modernas muchas veces no pasa más allá de las propuestas.

 

Introducción
Actualmente, se ha convertido de moda, denominar cualquier proyecto de desarrollo como "sostenible", para lograr una mayor aceptación y por ende, su financiación. La sostenibilidad de una actividad no se puede definir tan ligeramente, porque la misma enmarca una visión profunda de los impactos que desencadena esta actividad sobre los seres vivos y la naturaleza. El concepto de desarrollo también necesita definiciones claras antes de conocer las características que permite su sostenibilidad. Primero, un análisis histórico de estas definiciones nos ayudará encontrar las contradicciones en los dos términos, en su uso contemporáneo. Luego, se intenta identificar las características de sostenibilidad, que deben poseer los proyectos de desarrollo en el contexto de la ingeniería de obras públicas, a través de las experiencias de la ingeniería prehispánica, porque las sociedades indígenas, en sus actividades cotidianas, todavía mantienen un profundo respeto a la naturaleza y a otros seres vivos.

 

El desarrollo de la sociedad es el proceso de crear ambientes biofísicos y sociales por los seres humanos.

Desarrollo
El desarrollo significa, literalmente, el acto de desenvolver. En el contexto de seres humanos, podemos analizar su desenvolvimiento en dos aspectos (Little, 1992): en el ambiente biofísico y el social (humana, en la terminología de Little). En el ambiente biofísico, el ser humano utiliza diferentes mecanismos para asegurar su supervivencia fisiológica, aprovechando la energía del medio, a través de las tecnologías, inventadas y mejoradas con su capacidad para interpretar la información. Así, él se adapta su modo de vivir, enfrentando los límites flexibles del ambiente biofísico. Cuando ciertos límites absolutos del medio no le permite sobrepasarlos, él se ve obligado a crear ambientes artificiales, y adaptarse a un nuevo modo de vivir. Este proceso ha ayudado al hombre a evolucionar, de un modo de vivir de caza y recolección hacía las sociedades de pastoreo, agrícola, y últimamente, la industrial.

El ambiente social abarca todas las construcciones sociales, simbólicas, religiosas y políticas, que surgen de los problemas de adaptación del ser humano a su ambiente o de la creación de nuevos ambientes. El desarrollo de la sociedad se puede definir como este proceso amplio de creación y "re-creación" constante de ambientes por los seres humanos, aunque el término "desarrollo" en el contexto de la economía moderna, tiene un significado más específico: "...es un proceso social en marcha que comenzó en Europa y luego se expandió a otras parte del mundo produciendo una serie de cambios y transformaciones en las sociedades modernas" (Little, 1992).

René Descartes, en su Discours de la Méthode en 1637 especuló de que, cuando los seres humanos comprendieran las leyes y estructuras matemáticas en que basó Dios su creación, el universo, ellos podrían actuar independientemente de los factores providenciales, y podrían ser "los amos y dueños de la naturaleza", inventando una infinidad de artificios (citado por Davis, 1984). Fontenelle, en su Digresión sobre los Ancestrales y Modernos en 1688 admitió la carencia de un progreso verdadero en obras literarias, por depender de la imaginación, pero predicó un proceso gradual de superación en las matemáticas y ciencias (Davis, 1984). Porque, éstas se fundamentan en la experiencia y la razón, por lo tanto, sus teorías posteriores serán más avanzadas que las anteriores. Esta doctrina de progreso fue acreditada por las grandes actividades científicas de la época, por Newton, Galileo, Coulomb, etc. A mediados del siglo XVIII, Turgot ayudó a sistematizar y popularizar esta tendencia. El no consideró los cambios tecnológicos como una finalidad en sí, sino como un medio para lograr una "positiva" cultura mundial, en la cual confiaba fielmente, como sus antecesores (Davis, 1984). Desde allí, "... el progreso social empezó a identificarse con la industria, de la cual esperaba la marcha hacia equidad por medio del incremento de producción,..." (Davis, 1984).

Karl Marx postuló que el desarrollo histórico del orden social debe culminarse en una sociedad socialista, asumiendo que la meta final de esta transformación es lograr una mayor libertad humana. Para él, el medio empleado, esto es, el cambio tecnológico, era secundario a su desenlace final. Este concepto, denominado humanismo tecnológico, fue expuesto más claramente por otros pensadores en este siglo, exigiendo "... un desarrollo ético y moral por encima de la innovación tecnológica" (Davis, 1984).

De la misma teoría del progreso, surgió otra corriente de pensamiento, la cual trataba a la innovación tecnológica como un fin en sí misma. Esta fue y es la más aceptada por la comunidad científica mundial (Davis, 1984), porque se permite la imposición de la voluntad absoluta del técnico, vista como era una necesidad en las batallas duras contra los mitos religiosos del mundo pasado. Una manifestación muy clara de este concepto, el llamado "nihilismo" tecnológico (Davis, 1984), es la creación de la bomba atómica, como explica Robert Oppenheimer, "A mi juicio, cuando se capta algo tecnológicamente agradable, se sigue desarrollándolo y se decide su función después de haber logrado el triunfo tecnológico" (Moss, 1970). En la actualidad, la misma tendencia se mantiene en el desarrollo fenomenal de las tecnologías de telecomunicación, transporte, computación, genética, etc.

 

Desarrollo Sostenible:
Hoy, está de moda el término desarrollo sostenible en los proyectos productivos. Aunque cada cual lo usa a su manera, la palabra sostenibilidad significa la posibilidad de mantener en alto un(os) parámetro(s) importante(s). Y, ¿qué parámetros mantenemos en alto en el proceso del desarrollo? La respuesta depende ¿a quién preguntamos? Para un ecologista, lo más importante será prolongar el uso productivo de los recursos naturales, manteniendo la integridad de la base de los mismos (Dixon & Fallon, 1991). La sostenibilidad de los recursos naturales no se puede considerar sobre cada recurso individualmente, sino sobre el conjunto de ellos, y "este concepto implica límites -no límites absolutos- sino limitaciones impuestas por el sistema actual de la tecnología y la organización social... y por la capacidad de la biosfera para absorber los efectos de la actividad humana" (WCED, 1987). Un sociólogo podría pedir que se mantenga las identidades culturales y los valores tradicionales de la sociedad. El trabajador, podría pedir que se mantenga el nivel de empleo; el consumidor, el nivel de consumo, y por ende, el economista, el nivel del crecimiento de la economía. La definición de desarrollo sostenible, comúnmente aceptada, es "... satisfacer las necesidades actuales permanentemente, sin comprometer la satisfacción de necesidades futuras de las presentes generaciones y de las que vendrán, es decir, que no agota ni desperdicia los recursos naturales y no lesiona innecesariamente la calidad del ambiente ni la salud e integridad de los seres humanos donde quiera que estén" (WCED, 1987), aunque se puede observar que ésta tampoco satisface las aspiraciones de todos los protagonistas.

 

El cambio tecnológico se considera actualmente como un fin en sí.

Para la economía moderna, los recursos naturales tienen valor sólo en terminos de la capacidad para extraerlos y transformarlos.

La contradicción
La actual interpretación del desarrollo considera el cambio tecnológico no sólo como un medio para lograr un alto nivel social humano, sino como un fin en sí. Esta ha convertido el término "desarrollo sostenible" en una contradicción, que se manifiesta claramente en los contextos económicos, energéticos y especialmente, en la ingeniería de obras públicas. La economía abarca la producción de bienes (transformando la materia y la energía) y la distribución de los bienes y servicios, y así, está fuertemente vinculada con el desarrollo. Cuando se convierten en fines, la transformación y el consumo de los recursos naturales, porque se consideran como expresiones de "poder y maestría humana" (Davis, 1984), la práctica económica moderna se presta para justificar este proceso. Tradicionalmente, la economía reconoció una diferencia entre el capital y el ingreso, y al primero, se trata como un tipo de riqueza valiosa sin ser consumida. Sin embargo, la economía moderna considera a los recursos naturales "... valiosos sólo en términos de la capacidad para extraerlos y transformarlos por medio del proceso de producción" (Davis, 1984). Tal es así, que se considera "ricos" a algunos países, aún cuando están contaminados sus ríos, depredados sus bosques y pavimentados sus paisajes, y "extremadamente pobres" a los indígenas amazónicos, quienes cuidan su territorio en el estado virgen. La medición de la riqueza y el crecimiento de una sociedad a través del Producto Neto Nacional (PNN), que representa el valor monetario anual de todas las mercancías y servicios recibidos e intercambiados (Davis, 1984), es otra farsa económica, porque ésta no mide ni las satisfacciones ni las experiencias humanas verdaderas, y tampoco incluye ningún mejoramiento logrado por procesos autosuficientes. Más bien, ésta promueve el consumo desenfrenado y el desperdicio de los recursos escasos, como se muestra en el país con el mayor PNN, Estados Unidos.


La energía, en amplia abundancia, es imprescindible para la cultura moderna del desarrollo, y anualmente, cada país destina una vasta suma de fondos en la búsqueda de mayores campos energéticos. Esta búsqueda, desafortunadamente, no se concentra en las energías renovables y de menor impacto, como la energía solar y eólica, sino del carbón, nuclear y petrolera, contando con la complicidad de los perversos cálculos económicos. El explosivo aumento de plantas nucleares, en la década de los 70, en los países occidentales, fue promovido por estos mismos cálculos, que no tomaban en cuenta los riesgos de la energía nuclear, y si no hubiera sido frenado por el accidente de Three Mile Island, PA, EE.UU., en 1979, todos estuviéramos en un gran peligro. Los impactos negativos del alto consumo de los derivados hidrocarburíferos, ya los estamos sufriendo con la contaminación del aire en las grandes urbes y con los adversos cambios climáticos globales. Por lo tanto, el concepto de consumir mayor energía para mayor desarrollo, sin importar sus impactos negativos, no se puede considerar como un desarrollo sostenible de ninguna manera.

La enseñanza y práctica de la ingeniería en los países americanos, desde los tiempos de la conquista, sigue siendo un trasplante directo de la ingeniería evolucionada en los últimos siglos en Europa y en Estados Unidos. Los diseños de las obras públicas de un país deben fundamentarse en su estructura socioeconómica y política, porque estas obras son la espina dorsal de su desarrollo económico. La geografía y el clima de una región, también determinan la factibilidad y la efectividad de un proyecto de desarrollo. Pero aquí es muy común ver, que los diseños y las formulas de ingeniería, desarrollados en otros países, con bases socioeconómicas, políticas, ambientales y geográficas muy diferentes, han sido impuestos, muchas veces, por la fuerza del poder económico de los "donantes", a través de sus "expertos" importados. Los técnicos locales también, formados con textos importados, se sienten más cómodos en buscar "soluciones" que provienen de afuera, que adaptar sus conocimientos básicos, a las condiciones locales.

 

¿Hacia una reinterpretación del desarrollo?
Ya vimos que el concepto "nihilístico" del desarrollo, que emplea cambios tecnológicos como un fin en sí mismo, es opuesto al concepto de sostenibilidad. En países como Ecuador, los cambios tecnológicos que se emplean tampoco tienen una base local, y la sostenibilidad se aleja más de este tipo de proyectos de desarrollo. La solución no es el rechazo total al desarrollo, como se proponen algunos sectores de la sociedad, sino más bien retomar el rumbo humanístico del desarrollo, donde los medios que se emplean estarán subordinados a la meta final.

Para buscar las características de un desarrollo más humanístico, para los países americanos, no será necesario hacer un viaje a Europa, sino un viaje hacia el mundo indígena nuestro, porque sus aspiraciones de vida siempre están ligadas a la naturaleza, y a una sociedad equitativa, no sólo entre humanos sino también entre todos los seres vivos. Aunque no está descrito explícitamente el rumbo que tomaba el desarrollo de las sociedades prehispánicas, podemos deducir sus características examinando los vestigios de las obras públicas de esa época, y también algunas obras modernas de ingeniería que han logrado asimilarse al concepto indigenista del desarrollo.

 

Características de un desarrollo más humanístico se encontrarán en el mundo indígena nuestro.

Las características de obras públicas sostenibles
A continuación analizaremos las características principales que deben poseer las obras de ingeniería, para que sean sostenibles. Se utilizarían algunos ejemplos acertados y otros contrarios a la sostenibilidad en la historia del desarrollo del Ecuador y de la región Andina.

1. Diseños que permiten usar recursos locales
En la nueva vía Ibarra-San Lorenzo, en los tramos donde se presentan suelos residuales muy húmedos, que son difíciles de compactar, se optaron por reemplazarlos con los cantos rodados, traídos desde los ríos a grandes distancias. Esta "solución" era muy costosa, no sólo por el acarreo del material, sino también por los daños causados al ambiente (Yapa, 1998b). Otra vía nueva de la misma zona, la vía Borbón-Mataje, usa geotextiles como soporte para su pavimento en los pantanos (Calderón, 1998), donde históricamente, la gente han utilizado palizadas (palos de monte colocados perpendicularmente al eje vial) para sus caminos. En ambos casos, el uso de los materiales locales, aunque no compaginaba con los diseños occidentales, hubiera ahorrado muchos recursos, produciendo simultáneamente obras autóctonas, compatibles con su ambiente.

El puente de madera

En el pueblo de Guamote, Chimborazo, en un ambiente netamente indígena, hemos logrado construir muchas obras con un presupuesto muy bajo, orientando los diseños para facilitar la participación local. Para un puente de 14m de longitud, que permite vehículos hasta de 15 toneladas de peso, los gastos del Municipio no superaron los US$ 500, porque utilizamos recursos locales como, troncos de eucalipto, agregados minados localmente, y especialmente, la mano de obra, que se organiza en forma de mingas. El diseño de los estribos del puente permitía hormigón de baja resistencia, lo que se podía lograr localmente. Los consejos de los mayores (líderes indígenas) permitían un manejo preciso de los troncos pesados, que cruzaban el río. Los comuneros, orgullosos de la construcción del puente con su sudor, imprimieron una alta calidad de trabajo, mucho mejor que la de los contratistas. 

Como manifiesta un proyecto de vivienda rural "... la tecnología es apropiada no sólo cuando los materiales y técnicas se adaptan a las condiciones del medio físico, sino cuando es capaz de respetar, e incluso rescatar, formas de vida y tradiciones autóctonas que han sido instrumentos de supervivencia ancestral..." (PNUD, 1991).

2. Mayor efectividad
La efectividad de una obra se mide, por el resultado a largo plazo de la solución que se ha dado al problema inicial. El gran sistema vial incaico es un buen ejemplo, que facilitaba una veloz comunicación entre su capital Inca, Cuzco, y los remotos territorios de su inmenso imperio. Además, éste permitía un rápido movimiento de tropas, y promovía un eficiente intercambio de productos agrícolas y artesanales, entre diferentes pisos ecológicos y regiones culturales (Yapa, 1998a). Su efectividad era tal, que aún los colonizadores y los republicanos, hasta la llegada de los vehículos de rueda, mantenían este sistema, que incorporaba más de 23.000km de caminos, desde Quito hasta Santiago de Chile, con sus enlaces laterales hacía la costa y la amazonía.

Un puente Inca en 1873

En cambio, la vía rápida Cuenca-Molleturo-Naranjal, que sigue en construcción desde 1989, rompió el aislamiento de los pueblos que la rodean, pero les trajo más perjuicios que beneficios (Yapa, 1998b). En vez del progreso que todos ellos anhelaban, les trajó especuladores, explotadores y pobreza. Ahora, ni Molleturo, el pueblo más grande de la zona, cuenta con una base económica de producción propia: ha perdido su agricultura (por la migración de los jóvenes y por los precios especulativos), su ganado (por los robos) y su bosque (por la explotación indiscriminada). Esta obra, que no ha sido beneficiosa ni para las compañías transportadoras de Cuenca, sus principales promotores, ya que sigue devorando grandes sumas de dinero, por sus fallas inherentes de diseño y construcción (Yapa, 1998b).

Canales artificiales de Zenú
en Depresión Momposina, Colombia

3. Una convivencia con la naturaleza
Los ingenieros antiguos, en la búsqueda de soluciones para las fuertes crecientes en la cuenca baja del río Guayas que inundaban los campos agrícolas, no contemplaron nunca construir barreras contra estos caudalosos ríos, mucho menos amurallarlos. Más bien, abrieron un gran número de canales anchos artificiales, que facilitaban dispersar la creciente y bajar el nivel del río. Utilizaron para las viviendas y para la agricultura, las plataformas elevadas entre los canales, que fueron construidas con el material excavado. Este sistema de canales, que cubría más de 50.000 hectáreas de tierra anegable, también facilitaba el transporte, atrapaba los sedimentos para abono y permitía suplir la dieta con fauna acuática (Yapa, 1997).

Los proyectos modernos de desarrollo, casi siempre, están empeñados en "conquistar" la naturaleza, aunque, cuando fracasan en su intento, echan la culpa, paradójicamente, a la misma naturaleza. Actualmente, CEDEGE mantiene dos obras hidráulicas grandes en la misma cuenca del río Guayas, la presa Daule-Peripa y las derivadoras del río Bulubulú, que fueron construidas para controlar las inundaciones, pero diseñadas con la mentalidad "conquistadora". Para ambas obras, el fenómeno de El Niño de 1997-98 era su primera prueba fuerte. Durante estas lluvias, el reservorio de Daule-Peripa no fue capaz de evitar las severas inundaciones que sufrió la cuenca baja del río Daule, y CEDEGE tampoco quiso asumir su responsabilidad en esa calamidad (EXPRESO, 1998). Las crecientes del río Bulubulú fueron desviadas, por gran parte, al canal de by-pass, pero éste, a la vez, causó daños desastrosos en la Reserva Manglar de Churuté, donde se desemboca (Yapa, 1998a). Para ser sostenible, una obra debe buscar soluciones integrales al problema, en vez de desviar las molestias de una zona a otra, políticamente más conveniente.

4. Rendimientos a largo plazo
En la costa norte del Perú, especialmente en los valles Moche y Chicama, todavía se mantiene una gran cantidad de canales de riego que fueron construidos desde hace más de 2000 años (Kus 1980, Netherly 1984). Los primeros no fueron muy sofisticados, pero los constructores mejoraron las técnicas con experiencia. El secreto de la utilización permanente de estos canales, se fundamenta no sólo en la comprensibilidad de la tecnología usada, sino también en la compatibilidad de su operación y mantenimiento con la organización social de los usuarios. En el Ecuador también existen canales de riego de larga trayectoria (Knapp, 1992).

En comparación, el gran sistema de riego Canal de Trasvase de Santa Elena fue construido por CEDEGE, utilizando, en su afán de introducir al Ecuador "la tecnología agrícola de punta", técnicas y materiales nunca antes visto por la gran mayoría de sus usuarios. Por lo tanto, es imposible capacitar a los usuarios para la operación y el mantenimiento de este proyecto muy complejo, y una entidad intermediaria debe asumir esta tarea. Las altas tarifas para la venta de agua de riego, que hoy apenas cubren los costos de operación, ya se encuentran fuera del alcance de los campesinos locales, quienes se ven obligados a entregar sus tierras ancestrales a los agroexportadores. 

Sistemas de bombeo, 
Canal de Trasvase

La recuperación de la inversión para este proyecto, que supera los US$600 millones, depende principalmente, de la venta de agua para las plantas potabilizadoras de la península (CEDEGE 1997). Tal propósito tampoco es viable, porque los sedientos, pero empobrecidos pueblos de la península no podrán pagar estos elevados precios a CEDEGE, y al final, el Estado paternalista deberá recurrir a su salvación.

Conclusión
El desarrollo histórico de la sociedad humana ha sufrido fuertes altibajos, por ejemplo, épocas de mayores prosperidades, seguidas por cruentas guerras y depresiones económicas, precisamente por la dificultad de identificar a tiempo, la sostenibilidad a largo plazo de ciertas actividades humanas. En el contexto del desarrollo económico moderno, debemos estar alertas ante las siguientes características inherentemente no sostenibles: 1) tratar los recursos naturales como bienes de consumo, 2) gastar mayor energía para lograr mayor "desarrollo", y 3) correr ciegamente tras la tecnología de punta.

Podemos hablar de un desarrollo sostenible, únicamente, si el objetivo final es lograr una mejor calidad de vida humana. Para definir las características que debe acompañar este proceso, recorremos a analizar las herencias positivas que nos han dejado nuestros antepasados. Para ser sostenible, en el caso específico de las obras públicas de ingeniería, éstas deben contar con diseños que utilicen recursos y tecnologías locales, que respeten la naturaleza en vez de confrontarla, y que las soluciones sean eficaces y rentables a largo plazo. La sostenibilidad debe ser una visión integral de un proyecto, que se refleje en todas las fases de su implementación.

Bibliografía
Calderón, Gonzalo (1998) "Un proyecto hecho realidad", El constructor, año 1, no 12, Highlevel Services S.A., Quito, Marzo, pp. 4 - 7.

CEDEGE (1997) "Evaluación económica: Plan Hidráulico Acueducto a Santa Elena (PHASE) – Financiamiento del proyecto Chongon – Sube y Baja (Nivel Alto)", preparado para la comisión técnica de la Corporación Andina de Fomento, Guayaquil.

Davis, Gregory H. (1984) "Tecnología: ¿esclavitud o liberación?" Edamex, México.

Dixon, John A. & Fallon, Louise A. (1991) "El concepto de sustentabilidad: sus orígenes, alcances y utilidad en la formulación de políticas" en Desarrollo y medio ambiente, ed: Joaquín Vial, Corporación de Investigaciones Económicas para Latinoamérica, Santiago, Chile, pp. 47-66.

EXPRESO (1998) "CEDEGE admite responsabilidad en el 15% de las inundaciones", 7 de abril, Guayaquil, p. 8.

Knapp, Gregory (1992) "Riego precolonial y tradicional en la sierra norte del Ecuador", Hombre y Ambiente, no. 22, Abya-Yala, Quito.

Kus, James S. (1980) "La agricultura estatal en la costa norte del Perú" América Indígena, vol. 40 (4), Oct-Dic, pp. 713-729.

Little, Paul E. (1992) "Ecología política de Cuyabeno – el desarrollo no sostenible de la Amazonía" Abya-Yala /ILDIS, Quito.

Moss, Norman (1970) "Men who play God", Penguin Books, Baltimore, CT, USA.

Netherly, Patricia J. (1984) "The management of late andean irrigation systems on the north coast of Perú", American Antiquity, vol. 49(2), pp. 227-254.

PNUD -Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (1991) "Los campesinos de Ecuador no quieren un iglú de hormigón", PNUD /JNV, Imprenta Mariscal, Quito.

WCED -World Commission on Environment and Development (1987) "Our common future", Informe final, Oxford, UK.

Yapa, Kashyapa, A.S. (1997) "La ingeniería prehispánica americana y sus lecciones para hoy" manuscrito sin publicar, Ponencia al 49o Congreso Internacional de Americanistas, Universidad Católica, Quito, julio.

Yapa, Kashyapa A.S. (1998a) "La ingeniería prehispánica americana y sus lecciones para hoy -Resumen" SIGMA, Revista del Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha, Quito, V edición, abril, pp. 5-11.

Yapa, Kashyapa A.S. (1998b) "El Niño, las carreteras y la responsabilidad social del ingeniero", SIGMA, Revista del Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha, Quito, VI edición, octubre.

 


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