INGENIERIA PREHISPÁNICA Y SUS LECCIONES PARA HOY |
-Un Resumen para Ecuador Parte II Por Kashyapa A. S. Yapa LA EFECTIVIDAD DE LA SOLUCIÓN |
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Camino Inca - Región Andina |
Como en su época no existían vehículos de rueda, la ruta recta era la que buscaban para llegar pronto al destino y ésta dominaba los diseños viales, aún en las zonas montañosas. En los desiertos la regla de rectitud se mantenía hasta niveles sorprendentes; por ejemplo, en la vía de la costa norte del Perú, hay un tramo de 70 km donde la alineación es prácticamente recta (Hyslop 1992), la cual también fue trazada evitando las grandes lomas costeras aisladas, que rodean su trayectoria. El ancho de los caminos principales era bastante grande en los desiertos, pero en tierra agrícola, se lo disminuyó a 8m y se delimitaron las vías con muros de tapia hasta la altura humana, posiblemente para evitar daños a los campos agrícolas de parte de los viajeros. Estas características muestran la minuciosa planificación de los ingenieros antiguos y su preocupación para evitar impactos negativos. Vías modernas y sus impactos Las comunidades que rodean la nueva autopista Guayaquil-Salinas pueden sufrir de estas mismas consecuencias, si los diseñadores no las capacitan para enfrentar los cambios que traerá la vía, pero lastimosamente, solo han presupuestado un monto minúsculo para "informarles" sobre el proyecto (Vera y Asociados 1994). Una vía de penetración puede ser una gran herramienta para el desarrollo de un pueblo por su impacto inmediato, pero también puede convertirse en una peste mortal contra el mismo pueblo. Las vías transamazónicas de Brasil, construidas expresamente para abrir "polos de desarrollo" dentro de la Amazonía, han dado resultados más negativos que positivos. A las comunidades indígenas, dueñas de la mayor parte del territorio penetrado, no llegó ningún desarrollo, sino únicamente la colonización, que las dejó casi diezmadas (Leonel 1992). El corredor del impacto de las vías, contemplado inicialmente como de 100 km de ancho, fue ampliado hasta 10 veces más por las numerosas vías laterales, abiertas por los madereros y los especuladores. A las carreteras nuevas en el noroeste del Ecuador, Ibarra-San Lorenzo, Bahía-Pedernales-Muisne y Borbón-Mataje, concebidas así mismo para abrir zonas vírgenes para el "desarrollo", les espera la misma suerte (ojalá sea en menor escala). Camellones y el control de las
heladas - Región Andina |
En el Ecuador también existían grandes zonas de camellones, en Chillogallo (sur de Quito), en Cayambe y alrededor del lago San Pablo. En esta última, muchas zanjas estaban llenas de agua siempre por su alto nivel freático, y la alta capacidad térmica del agua ayudaba a prevenir las heladas (Knapp 1988). |
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Hoy es triste ver a los floricultores combatir las heladas levantando extensos y costosos invernaderos en la misma zona de los camellones de Cayambe, ya planeada, o desperdiciando la escasa energía en el valle del Paute con miles de lámparas halógenas, por cuanto ya había una solución mucho mejor y más económica a su alcance. |
LA SOSTENIBILIDAD DE UN PROYECTO
Y SU EFICACIA En la costa peruana, los sistemas agrícolas de riego y de agua subterránea, siguen siendo aprovechados por los campesinos desde hace muchos siglos. |
El
secreto de su efectividad y continuidad depende de: |
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Desafortunadamente, los proyectos modernos de riego casi siempre se olvidan de la sostenibilidad, en su afán de incorporar la "alta tecnología", creando una relación paternalista entre la entidad proveedora y los usuarios, poniendo en peligro el rendimiento, que siempre se lo mide a muy largo plazo en los proyectos de riego. Por ejemplo, el proyecto del Canal de Trasvase de Santa Elena del Ecuador, no sólo crea esta relación dependiente, sino que también obliga a los campesinos a convertirse, de la noche a la mañana, en "agro-exportadores" o rendirse, por el alto costo del líquido vital. |
En la misma península de Santa Elena, todavía se encuentran en gran número las albarradas, pequeños diques en forma de "U" o casi circular, que aumentaban el almacenaje de las ciénagas naturales. Tales estructuras, fáciles de construir y mantener, tenían gran importancia para las culturas antiguas, como indica una ofrenda de conchas spondylus que había sido enterrada en la albarrada de Achallán (Stothert 1995), una práctica a la que se atribuye cualidades sagradas como la de atraer las lluvias (Marcos 1990). Ahora, los campesinos han abandonado estas estructuras y esperan su salvación en los proyectos "milagrosos" del Gobierno. |
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LA NATURALEZA, ¿PARA CONQUISTAR
O CONVIVIR? Un análisis de obras públicas prehispánicas nos muestra que esos ingenieros han manejado otra filosofía frente a la naturaleza: una convivencia con el poder impredecible de la naturaleza en vez de su conquista. |
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Por ejemplo, el sistema antiguo de controlar las inundaciones en la cuenca baja del río Guayas, que había modificado más de 50.000 hectáreas de tierra anegable (Denevan y Mathewson 1983) con sus canales anchos y campos elevados, no contempló nunca bloquear o restringir el curso de los caudalosos ríos de la cuenca, más bien éste facilitaba la entrada de las crecientes a los canales artificiales, reducía así el nivel del río manteniendo los campos agrícolas y residenciales secos y seguros. Además, estos canales facilitaban el transporte, traían abono en forma de sedimentos y permitían suplir la dieta con fauna acuática. |
Actualmente CEDEGE construye una obra hidráulica muy costosa en la zona anteriormente mencionada, aparentemente con el mismo fin que acabamos de anotar: el control de la inundación y el mejoramiento de la productividad agrícola, pero con una mentalidad "conquistadora". |
En teoría, los muros grandes que erigieron bloqueando los ríos deben derivar, o desviar, las crecientes a los canales de By-Pass (BP), evitando así inundaciones en zonas habitables y cultivables. La derivadora del río Bulubulú (de BP1 - Fig. 3), que comenzó a operar apenas hace un año, no funciona como debe ni en su primera prueba, el actual fenómeno de El Niño, ¡aunque había sido diseñada para caudales cíclicos de 50 años (el ciclo de El Niño es de 11 a 18 años)! |
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Mapa del proyecto de control de inundaciones de Bajo Guayas, CEDEGE |
La misma continúa derivando desde febrero de 1997, cuando según los cálculos, sólo debe derivar un máximo de 29 horas en el año más caudaloso (Haskoning 1989, anexo 3, p. 2). Estas y otras fallas del diseño han convertido el BP3 en una amenaza grave para la Reserva Manglar de Churute (más de 100 hectáreas afectadas - Pozo 1997) por la gran acumulación de agua dulce en el estero que lleva el mismo nombre, donde desemboca, y también ponen en peligro los poblados aledaños que tienen como sustento básico la captura de cangrejos. Desafortunadamente, ni el supuesto beneficiario, el pequeño agricultor, puede respirar tranquilo. Para él la vida se vuelve más difícil porque aumenta la presión de los hacendados sobre las tierras, que ya no serán anegadas. Además crecen los costos de cultivo por la falta de abono natural de las inundaciones y por el posible descenso del nivel freático. CONCLUSIÓN Es importante la participación de los ingenieros en las investigaciones futuras de las obras prehispánicas, para dirigir las mismas hacia obtener un mayor conocimiento sobre los conceptos de sus diseños y las técnicas constructivas. Desafortunadamente, esta sabiduría milenaria es aprovechada y promovida en instancias muy limitadas y únicamente en el área de la ingeniería agrícola, como por ejemplo, las técnicas de terrazas (Valerza 1993) y chinampas (Gómez-Pampa et al. 1982). La mejor forma de aprovechar estas experiencias y de promover un mayor interés de los ingenieros modernos será incluirlas en los programas de formación de los técnicos, para cambiar la mentalidad del desprecio al saber autóctono y propio del pueblo. Así, ojalá en el futuro, en vez de promocionar lo "importado" como la única vía al progreso, consideren los técnicos las prácticas de sus antepasados, antes de tomar las decisiones cruciales.
Bibliografía Denevan, William M. y Kent Mathewson (1983) Preliminary results of the Samborondon raised-field project, Guayas basin, Ecuador. En Drained field agriculture in central and south America, edit: J.P. Darch, British Archaeological Papers, International series 189, Oxford. P. 167-203. Gómez-Pampa, Arturo, Hector Luis Morales, Epifanio y Julio Jiménez Avia (1982) Experiences in traditional hydraulic agriculture. En Maya subsistence, edit: Kent V. Flannery, Academic Press. p. 327-342. Haskoning Ltd. (1989) Estudios de factibilidad y diseño del control de inundaciones de la cuenca baja del Guayas, vol. V, Anexo G (impactos ambientales). Informe preparado para INERHI, Guayaquil. Hyslop, John (1992) Quapaqñan: El sistema vial Incaico. Instituto Andino de Estudios Arqueológicos, PetroPeru, Lima. Knapp, Gregory (1988) Ecológia cultural prehispánica del Ecuador. Banco Central del Ecuador, Quito. Kolata, Alan L. (1991) The technology and organization of agricultural production in the Tiwanaku state. Latin American Antiquity 2(2): 99-125. Leonel, Mauro (1992) Roads, indians and the environment in the amazon. IWIGA, Doc. 72, Copenhagen. Marcos, Jorge G. (1990) El origen de la agricultura. En Nueva historia del Ecuador, edit: Enrique Ayala Mora, vol. 1, Quito. p. 129-180. Moseley, Michel E. (1975) Prehistoric principles of labor organization in the Moche valley, Peru. American Antiquity 40: 191-196. Pozo C., Mireya (1997) Comunicación personal. Jefa, Reserva Ecológica Manglares Churute, INEFAN, Guayaquil. Stothert, Karen (1995) Las albarradas tradicionales y el manejo de aguas en la península de Santa Elena. En Miscelánea Antropológica Ecuatoriana, Boletín cultural del Banco Central del Ecuador, Guayaquil, No. 8. p. 131 - 160. Valerza, Galo Ramón (1993) Tierras y manos indias. COMUNIDEC, Quito. Vera y Asociados, Consultora. (1994) Informe final - Autopista Guayaquil-Salinas. Informe al I. Consejo Provincial de Guayas. von Hagen, Victor W. (1977) La Carretera del Sol. Editorial Diana, México. Woodbury, Richard B. y James A. Neely (1972) Water control systems of the Tehuacan valley. En The prehistory of the Tehuacan valley, edit: Richard Macneish, vol. 4, University of Texas Press, Austin, p. 81-153. |